martes, 8 de abril de 2014

Capítulo.3.


  





(Capítulo editado)

Dió unos cuantos pasos hacia mi e inmediatamente empecé a correr por el oscuro callejón en el que me encontraba. "¡Esto no es real!" Chillé. De vez en cuando miraba hacia atrás, él seguía acercándose a mi lentamente con ambas manos metidas en los bolsillos del pantalón. Sus pasos hacían eco en todo el lugar. Seguía corriendo por aquel sitio que se repetía una y otra vez. Llegué a pensar de que me encontraba en un laberinto sin fin. 
"¡Tú no eres real!" Me di la vuelta chillando mientras intentaba recuperar el aliento. Me paré y le miré. "¿¡Qué quieres de mi!?" Chillé cayendo al suelo de rodillas con mis manos tapando mi cara. 

Abrí  mis ojos de golpe, mi respiración estaba algo agitada, como si realmente hubiese corriendo. Algunas gotas de sudor caían por mi frente. Llevé mi mano a mi pecho e intenté calmarme. "Solo a sido un sueño, una pesadilla." Un escalofrío invadió todo mi cuerpo al notar una ráfaga de viento procedente de la ventana. La cual estaba abierta. "Pensé que estaba cerrada..." Susurré mientras encendía la lampara de mi mesita y me levantaba de la cama despacio sin hacer ruido. Aún era de noche. 
Coloqué mis pies sobre el frío mármol y caminé despacio hacia la ventana. Me asomé por ella y miré al rededor. Pero algo hizo detener mi mirada en un coche deportivo de color negro. En ese instante mi corazón empezó a acelerarse al ver sobre aquel coche un chico vestido con chaqueta de curo y pantalones vaqueros rasgados. Que me miraba fijamente con una sonrisa. Era aquel chico de ojos marrones y cabello oscuro tan misterioso, al que vi en aquella casa y en mi sueño.
Rápidamente cerré la ventana  y me dejé caer al suelo apoyada sobre la pared. Daba igual que estuviesen las baldosas heladas. Ahora mismo no sabía que pensar ni que creer. Aparté mi pelo de mi cara y la escondí con ambas manos. "¿Cómo mierdas sabe dónde vivo?" Susurré. 

El tiempo parecía ir demasiado lento. Decidí levantarme y asomarme para ver si aún continuaba allí. Coloqué mis manos sobre el marco de la ventana y me levanté lentamente y me asomé por ella. Para mi sorpresa. Él ya no estaba allí, como si nunca hubiese estado allí de pié sobre aquel coche deportivo de color negro, con una sonrísa en su rostro.
Seguí observando un rato más la calle por si volvía a aparecer y así decirme a mi misma que no estaba loca y que aquel chico no era producto de mi imaginación. Ya había pasado como una hora entera, así que decidí irme a dormir o al menos a intentarlo. 

El despertar de mi móvil retumbó por toda mi habitación. Estiré mi mano hacia la mesilla y lo cogí apagando la alarma. Abrí mis ojos lentamente parpadeando seguídamente hasta que mis ojos se acostumbrasen al brillo que emitía mi móvil. Una vez que mis ojos ya se acostumbrasen, pude ver la hora.
-"Las siete y média..."- Susurré mientras tapaba mi cara con mi almohada. Solo había dormido como tres horas o cuatro horas.
Hoy empezaba las clases en la academia de danza. Odiaba esto, pero no tenía más remedio que ir. Me levanté de la cama protestando mientras me frotaba uno de mis ojos y bostezaba. Fui directa a coger unas mayas y una camiseta cómoda. Y salí de mi habitación con el propósito de poder ducharme para despejarme.
Por suerte mi hermana, que siempre suele acaparar el baño, aún no estaba despierta, así que podía ducharme tranquila y con agua caliente. 
Pasé por la habitación de mis padres. Ellos no estaban. Podría decirse que la mayoría del tiempo no suelen estar en casa por motivos de negocios... Al menos tenía a mi hermana y a mi hermano... Aunque... 
Suspiré al recordar lo que pasó hace unos meses. Pero no quería deprimirme, así que me metí en la ducha y encendí el grifo. El agua calló por toda mi cara. Cerré los ojos para relajarme, pero una imagen de un rostro apareció en mis pensamientos. Poniéndome totalmente nerviosa.

Andé cabizbaja hasta la academia, la cual estaba a unos minutos de mi casa. Se podría decir que vivo en la zona más rica de Los Ángeles. Mi familia es adinerada, pero a mi no me importaba el dinero y no iba presumiendo de cuanto dinero tengo como hacen mis padres.
Me paré en seco en la entrada y miré a mi alrededor. Claramente se notaba que yo no pertenecía a este tipo de clases. Prácticamente todos iban bien vestidos y andaban rectos. Agaché mi mirada y agarré mi camiseta de uno de sus picos. Yo iba vestida normal... con mayas y una camiseta ancha. Para estar cómoda. 
Respiré hondo y entré al interior. Los pasillos eran grandes y llevaban a diferentes aulas. Miré todo lo de mi alrededor sorprendida. No recordaba que fuera tan grande la academia. Llevaba años sin venir y menos a cursas. Cuando baje de la nube, vi que estaba siendo observada. Casi todos me miraban de arriba a bajo mientras se reían y cuchicheaban entre ellos. 
Agarré el asa de mi mochíla y fuí directa al aula. Di por echo de que la sirena ya había sonado, porque la clase estaba llena. Abrí la puerta de cristal y entré al interior del aula. Todos se giraron para observarme. 
-"Me imagino que usted será la señorita Styles. En todo caso, llegas tarde. La clase empezó hace cinco minutos."- Dijo una señora que aparentaba ser la profesora. 
-"Me perdí"-  Respondí con una sonrisa falsa. Dejé mis cosas aún lado y me dirigí hacia donde estaban los demás.
Cuando la profesora pronunció mi apellidos los susurros volvieron a aparecer. Parece ser que ya saben de quién soy hermana. 
-"¡A callár todos y a estirar!"- Ordenó la profesora mientras daba golpes con su bara en el suelo.

La gimnasia no era lo mío, pero necesitaba entretenerme e intentar olvidar el pasado y mirar al futuro. Dentro de unos meses yo sería la directora. Pero antes debía dar clases. Mi familia siempre se ha dedicado a esto. Yo solo era una excepción. Todos se dedicaban a esto menos yo... la rebelde de la casa, la cual, prefería ir de fiestas a tener que ir de cena que los amigos pijos de mis padres. Me sentía obligada a venir a esta academia de baile. 
Las horas pasaron enseguida. Era la hora del descanso para los de mi clase. Cogí mi mochila bajo las miradas de mis compañeros que cuchicheaban entre ellos sin cesar. Respiré hondo. No quería perder los papeles el primer día de clase. Y menos al ser la hermana del director, H me mataría.
Caminé por el pasillo hasta llegar a la cafetería. Todo estaba decorado elegantemente. Sin duda, yo no encajaba en este mundo. Cogí una de las bandejas y me dirigí hacia la zona donde se encontraba la comida. Todo lo que había era comida sana, no había ni un trozo de carne y tampoco dulces a la vista. Se apreciaba que aquí solo comían verde. 
Suspiré profundamente, decidí tomarme un refresco y dejar aquella maldita bandeja, la cuál parecía un espejo de lo reluciente que estaba. Sin duda mi hermano es el típico pijo que debe tener todo limpio y presentable. Si él aún estuviese aquí. yo no tendría que a ver vuelto a pisar esta academía de ricos.

Al salir al jardín interior, las miradas volvieron a posarse en mi. Que manía tenían con mirarme de esa forma. Seguro que dirían "es una enchufada" "¿Quién se creé que es para venir con esas pintas?" o cosas aún más peores. 
Me senté en el césped bajo un árbol que me daba sombra y cobijo. Al cerrar los ojos intenté tranquilizarme y olvidar todo esto. Sin duda necesitaba uno de los remédios que mi querida amiga me daba para olvidar toda esta mierda que me rodeaba. 

-"Perdona."- Una voz femenina llamó mi atención. Alcé la mirada hacia ella y hacia las chicas con quien iba. 
Las obervé con curiosidad, todas iban prácticamente vestidas iguales. Tal vez fuera el uniforme de la academia.
-"Así que tu eres una de las hermanas de Harry."- Sonrió de lado picara mientras me miraba de arriba a bajo como si estuviese examinándome. Les sonreí falsamente al notar sus miradas clavándose en mi.
-"Sí."- Respondí.
Mi hermano odiaba que le nombrase por su nombre las personas que no eran de su entorno. Pero para mi siempre será H. 
-"Soy Laura Malik, encantada. Ellas son Judit, Anna, Luci y Moníc. Mis mejores amigas. "- Fue señalandolas una en una a la vez que las nombraba. Las miré a todas observándolas, pero sin pasarme. No quería juzgarlas como ellas habían echo conmigo.
-"Encantada."- Sonreí levemente esperándo a que me dejasen finalmente sola.
Pero no fue así. Allí seguían de pié enfrente de mi como estatuas. ¿A qué estarán esperando?
Solo querían hablar conmigo para poder tener mejores notas o simplemente querían hacerme la pelota para que suplicase a H que les diese algún solo. Lo malo era que ellas no sabían que Harry realmente no estaba de vacaciones en una isla de la familia... él está desaparecido. Mis padres se inventaron ese rollo de la isla por tal de no formar un revuelo y que la demanda de la academia bajase por no tener un director. Y ese era mi trabajo aquí. Mi hermana se encargaba de la moda y no podía ocupar este gran cargo que la familia Styles a ido llevando generación tras generación, y no me quedaba otra que ocuparme de una academia de arte.
Miré de nuevo a la chica rubia que me miraba fijamente, como si intentase decirme algo. Su mirada me recordó algo... o mejor dicho a alguién al que hace poco temía y deseaba que él fuese productor de mi imaginación por tomar droga.

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 ~Tamy.S.


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