domingo, 29 de junio de 2014

Capítulo.4.





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¡¡Capítulo editado!!
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Todo era tan confuso. Empezaba a sentirme agobiada, mis pensamientos hacían que perdiera aún más la cabeza. Ellas seguían allí, paradas mirándome fijamente con sus sonrisas falsas y sin decirme nada, esperando algo de mi, la cual, no tenía ni idea de que tenía que hacer o decir.
Decidí levantarme e irme de allí corriendo hacia al interior de la academia huyendo. pero no huía de ellas, si no de mi misma y mis pensamientos. 
Por suerte, en ese mismo momento, sonó la sirena que indicaba el comienzo de otra clase. Empecé a correr por todo el largo pasillo, en busca de los servicios. La gente se acumulaba en algunas zonas hablando en susurros, sus voces se clavaban en mi mente, como si hablasen dentro de mi cabeza o se apoderasen de mis pensamientos. Era un dolor tan insoportable que llegué a pensar que me desmayaría en medio del pasillo creando un revuelo a mi alrededor.

Abrí una puerta que conducía a los baños. Sin quererlo abrí la puerta equivocada, había unos chicos con miradas y sonrisas pervertidas, notaba como sus miradas se clavaban en mi.
Uno de ellos empezó ah acercarse a mi mientras colocaba bien su pantalón negro deportivo y su camiseta de tirantes blanca con una frase que decía "Vive el baile en ti".
-"Lo... lo siento."- Dije nerviosa mientras apartaba la mirada y daba unos pasos de espalda chocando con la puerta de madera. Salí de allí antes de que este chico intentase algo conmigo.
Observé los carteles de las puertas. Para la próxima ya sabía en cual debía meterme. Entré al interior del baño de las chicas, por suerte no había nadie en su interior.
Me miré en el espejo con la respiración agitada por haber estado corriendo por los pasillos para intentar huir de aquel jaleo que invadía todos mis sentidos. Coloqué mis manos sobre el frío mármol del lavabo, agaché la cabeza cerrándo con fuerza mis ojos mientras intentaba que mi respiración volviese a la normalidad.
Alcé la mirada hacia el espejo y me miré detenidamente. Mis ojos estaban rojos y mi pelo alborotado.
En ese instante la puerta se abrió, rápidamente cogí mi mochila y me metí dentro de uno de los baños que había allí. Me senté en la taza con las piernas en alto, abrazándome a mi mochila y a mis piernas.
-"¿Has visto a la nueva?"- Fruncí el ceño, tenía aún la respiración algo agitada intentaba mantener la calma para no ser descubierta por las dos chicas, que supuestamente, hablaban de mi. Tal vez no debería escuchar como me ponían verde. Pero no pude evitar poner atención en la conversación que tenían. 
-"Sí"- Respondió entre risas. -"Se nota que es una friki total."- Dijo con voz fina e irritante. 
Las dos rieron, eso provocó un fuerte dolor en mi cabeza, como si me hubieran disparado en la frente y la bala continuase ahí adentro provocando dolor.
-"No me creo que sea la hermana del señor Styles, se le ve tan diferente a él. Es más rara."- 
Mi paciencia se estaba agotando. No aguantaba más y sabía que si salía de aquí tendría problemas, y debía comportarme por el bien de todos.

Esperé todo lo que duraron en hablar para poder salir e irme sin ser vista. Solo quedaba un minuto para ir a casa. Se notaba que estas dos estaban en el baño para no asistir a clase. Claramente estaban haciendo pellas. Incluso en algún momento me pareció oler el humo de un cigarrillo. 
Durante todos estos minutos, en mi mente, no paraban de aparecer imágenes de la noche anterior... Esa fiesta... aquél chico tan misterioso... y lo que ocurrió en mi habitación.
Pero lo peor de todo... ¿él era real o producto de mi imaginación? No sabía que pensar... tampoco quería volver a ser encerrada, otra vez,  por ver cosas que nadie más podía ver o sentir sentimientos distintos a los demás. 

-"Anda vayámonos."- Ordenó una de las chicas. 
Se escucharon pasos y seguidamente la puerta del baño cerrarse. Era mi momento de salir de allí. Me levanté de mi posición agarrando mi mochila por una de sus asas y saliendo de aquel sitio. Fui directa hacia el lavabo. Por una parte celebraba que las chicas por fin saliesen del baño y me dejasen solo.
Deje caer mi mochila al suelo de mármol que parecía un espejo que reflejaba almas distintas con dobles caras. Abrí el grifo y dejé que el agua cayera al brilloso lavabo blanco. Me agaché echándo agua a mi cara. Cerré mis ojos al recordar que esto me quitaría el maquillaje y que toda mi cara se mancharía. Suspiré fuerte y me miré en el espejo. De nuevo ese dolor volvió a mi. Llevé mis manos a mi cabeza, el dolor era insoportable, tan insoportable que me daban ganas de vomitar. Me miré en el espejo atenta con el ceño fruncido por el dolor. 
La luz parpadeó varias veces como si alguien jugase con el interruptor, no aparté la mirada del espejo, el cuál, empezó a agrietarse hasta romperse por completo. Pegué un bote echándome hacia atrás totalmente sorprendida y asustada. 
-"¿¡Qué mierdas fue eso!?"- Cogí mi mochila y me fui corriendo de aquel sitio. La gente se acumulaba en los pasillos.
Pero empezaba a ver lo todo borroso... oscuro. 
Corrí con todas mis fuerzas por los pasillos hasta llegar a la salida. Tiré del pomo dorado de la puerta principal y salí al exterior. Una vez fuera paré en seco y respiré hondo con los ojos aún cerrados. Intentando que mi respiración volviera a la normalidad. 
-"No estoy loca."- Susurré para mi misma. 
Miré a mi alrededor. La gente caminaba normal. Con sus pintas de ricos. Bajé los escalones de piedrá y andé por la calle dirigiéndome a mi casa. Coloqué mi mochila en mi hombro derecho y me encongí. Estaba asustada... no entendía por qué se había roto el cristal y menos por qué me sentía así. Agaché la cabeza mirando mis zapatos mientras caminaba. Sin querer me tropecé y estuve apunto de caerme. Pero alguien me sujetó por los brazos. 
Alcé mi mirada quedándome cara a cara, casi rozando nuestros labios. Me aparté rápidamente a ver de quién se trataba. 
-"Tú..."- Susurré mientras mordía mi labio y llevaba mi mano a mi pecho. 
No podía ser verdad. ¿A caso me estaba persiguiendo o de verdad era producto de mi imaginación?
-"¿Estás bien?"- Preguntó mirándome a los ojos mientras se recalcaba el cigarro que tenía sobre su oreja izquierda. 
-"Eh... Sí, sí. Estupendamente."- 
Respondí y seguí andando dejándole atrás. Caminé unos díez pasos cuando decidí darme la vuelta y observar si aún estaba allí. Pero una vez más, desapareció como si de un fantasma se tratase. Me giré de nuevo para seguir mi camino. Y allí estaba él, delante de mi con su sonrisa característica de él. Chillé asustada. ¿Cómo mierdas había llegado de estar miles de pasos por detrás mía a estar en frente de mi?  
Choqué mi hombro contra su brazo y corrí calle arriba. La gente me miraba. No me gustaba ser el centro de a atención. Odiaba sentirme así de incomoda. 
Al fin pude llegar a mi casa sana y salva, por suerte, parecía que no abía nadie. Entré al interior dejándo caer mi mochila al suelo. Saqué mi móvil de mi bolsillo y llamé a Bea. Necesitaba desahogarme y distraerme. 
-"Loca, soy yo. Eh tenido un día movidito diría yo. Por favor. ¿Me puedes pasar ya sabes... eso que me distes la última vez? Por favor..."- Esa era la única forma de poder aliviar este sentimiento que tenía ahora mismo. Olvidar, eso era lo único que necesitaba.

La tarde pasó rápidamente, la rubia de mi amiga me tubo de dejar sola. Estaba tirada en la cama sin hacer nada, aburrida. El efecto de lo que me había tomado se estaba pasando. Necesitaba salir de aquí y tomar el aire. 
Y así lo hice. Caminé por las calles llenas de gente con bolsas de haber estado comprando y de gente pidiendo dinero para comer. 
Me agaché para darle a un hombre que estaba pidiendo, dinero. Y al incorporarme vi a través del escaparate de una cafetería a aquél chico, pero esta vez no estaba solo. Iba a compañado por una chica. 
Por curiosidad, decidí entrar dentro de la cafetería con el propósito de no ser vista ni descubierta y así poder espiar. Tal vez esto fuera otra alucinación provocada por las pastillas que me tomé.
Me senté en una mesa cerca a ellos y oculté mi rostro tras el menú. El cual olía bastante a plástico mezclado con olores del lugar. 
No pude evitar reírme. Aún tenía el subidon de las pastillas que me había tomado. 
De repente los dos empezaron a reírse sin fin. Alcé mi mirada para verles atentamente. La chica se dio la vuelta y pude comprobar que aquella chica era una de las que habían estado antes hablando conmigo en la academia. No recordaba su nombre. Pero su cara se me había quedado grabada en mi mente. 
Les seguí observando durante una hora. Al fin los dos decidieron a abandonar el lugar. Escondí de nuevo mi cara en aquel menú. El cual ya me sabía de memoria. Los dos pasaron por mi lado. No podía ser descubierta. 
No pude escuchar bien de lo que habían hablado durante todo este tiempo, el jaleo de la cafetería no me dejaba entender bien la conversación de ambos.
Pagué la bebida que me había pedido y salí de aquel lugar. Miré a mi alrededor en busca de la pareja que se me había escapado. Por suerte encontré al chico misterioso, pero la chica ya no estaba con él. Este caminaba despacio con las manos metidas en sus bolsillos del pantalón. Se había puesto una gorra negra que combinaba con su camiseta de tirantes. 

La oscuridad empezaba a apoderarse de las calles de Los Ángeles creando una extraña luz siniestra, pero a la vez tranquilizadora. Caminé detrás de él en todo este tiempo evitando ser descubierta por él.
De repente me encontraba en un barrio que desconocía de su existencia. Jamas en mi vida había andado por aquí. La gente caminaba sin ganas, otros se acumulaban alrededor de los barriles metálicos, donde en su interior había fuego provocado por estos mismos. 
Me encogí al sentir el viento rozar con mi piel provocando que se me erizase. 
Volví a mirar el chico. Se había parado en la puerta de un antro, la gente que esperaba hacer cola se quejaron al ver como este entraba al interior. El guardia intentó que la gente se calmasen de nuevo. 
Miré a mi alrededor mientras me acercaba a este lugar tan extraño. La gente hablaba de una pelea.¿Esto era una especie de boxeo clandestino? Pensé.
Me coloqué en la cola sin llamar mucho la atención. Mi propósito era investigar sobre ese chico tan misterioso. Al menos no era la única chica que esperaba en la cola. 
Alguna que otra mirada se clavaba en mi. 
-"Hoy boxea el rey"-
Dijo uno con una sonrisa de admiración al decir esas palabras.
-Styles acabará con el rey. Él es el mejor boxeador que a habido hasta ahora."- Presumió el rubio de ojos castaños.
No pude poner más atención en esa conversación tras escuchar mi apellido. ¿Era una casualidad? Solo esperaba que así fuera y que no se tratase de mi hermano Harry. Mi corazón empezó a acelerarse. Los nervios invadieron todo mi cuerpo. Tragué saliva y alcé mi mano hacia el hombro del chico que dijo el apellido. 
-"Perdona."- Mi voz sonó algo temblorosa.
-"Dime preciosa."- Dijo el rubio mirándome de arriba a bajo para analizarme. 
-"Veras..."- Tapé mis pechos con mis manos para que dejase de mirarme. -"Ese tal Styles al que has mencionado... por curiosidad ¿Su nombre es Harry? "- Pregunté con la esperanza de recibir un "no" por su parte. 
Pero tenía la sensación de que no iba a ser lo que yo esperaba... 
-"Ni idea. Nadie sabe su nombre real, entra y averígualo por ti misma guapa."-  Se notaba que este tío solo quería ligar y no decirme lo que quería oír. 
Me aparté de la cola y ande hasta la puerta acompañada por los abucheos de la gente que esperaba en la cola. Un hombre grande, hizo que parase mi camino. Me pidió la entrada. 
-"Mierda"- Mascullé en voz bajo.
Tuve que recurrir a sobornarle. Por suerte tenía una de las tarjetas que mi padre me había dado para emergéncias. Le ofrecí una suma elevada de dinero y listo. El de seguridad me miró y rió. Deseé con todas mis fuerzas que lo aceptara. Cuando por fin cogió la tarjeta pude respirar tranquila. Este abrió la puerta y pasé al interior de aquel antro, el cual olía un poco a todo, alcohol, tabaco, sudor... Una mezcla rara de olores en un solo sitio. 
Observé todo con curiosidad. El segurata que soborné antes, se acercó a mi con un pase vip y me lo colocó en el cuello. Le agradecí y seguí mirando todo lo que me rodeaba con curiosidad. La pared era un color grisáceo como hicieran años de no haber sido pintada. 
Un chico se acercó a mi y me indicó que me guiaría por el lugar y me cuidaría mientras estuviese en el lugar. Le miré con curiosidad. 
-"¿Me podrías responder a una pregunta sencilla?"- Le pregunté. 
Quería sacar más información sobre quien era el chico misterioso y sobre si Styles era realmente Harry. Todo era muy confuso para mi. 
-"Según lo que me preguntes, linda."- 
Respondió mientras me guiaba hacia la zona donde sería el lugar del espectáculo. 
-"¿Conoces a Styles?"- Le miré y se paró en seco a mi lado. 
-"Sí ¿Estás interesada en él?"- Me preguntó con una sonrisa pícara. 
-"Solo me gustaría verle..."- Casi suplicando. 
-"Eso lo veo más difícil. Él nunca deja que nadie le vea antes de salir al ring."- Respondió. 
Quería también sacar información sobre el chico que eclipsaba mis pensamientos, pero no sabía su nombre. 
-"¿Y cuál es su camerino?"- Si no me iba a llevar a donde él se encontraba, yo misma iré. 
-"Es ese."- Dijo señalando una de las puertas marrones o al menos eso parecía. La mayoría de las cosas en este lugar estaban viejas o rotas. 
-"Bien."-Sonreí.
-"Bueno, mejor vamos a la zona donde está el ring para conseguir sitio bien cerca."- 
Empezó a caminar dejándome atrás. 
Aproveché el momento y corrí como una desesperada, hacia aquella puerta. Paré enfrente de la puerta y respiré hondo. Solo deseaba que ese chico no fuera mi hermano. Alcé mi mano y la poyé sobre el pomo. Pero algo me impedía dar el paso y abrir aquella puerta. Tenía miedo. 
Cuando decidí abrir la puerta, esta se abrió de repente. Mi cuerpo se quedó paralizado al ver de quien se traba. Solo pude tragar saliva. 


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Hasta aquí el capítulo. Espero que te haya gustado. Si es así no te olvides de comentar, votar, compartir y de seguirme para enterarte de cuando subo más capítulos. 
Este cap ha sido editado y alargado. :3 
¿A quién ve rayita en la puerta en frente de ella? :O

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3 comentarios:

  1. Dices que en la cafetería no tenías dinero, que te estabas arruinando y luego para pagar al segurata mucho, sí…

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    1. Lo que dijo en la cafetería solo era una forma de hablar, se refiere al tiempo que pasó allí y que como siguiera así (Pidiendo cosas) se iba a arruinar.. Ella es rica, solo exagera las cosas.

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  2. ¿Cuando subiras? Llevo esperando mucho tiempo

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